Estudio de las Obras de Allan Kardec
por Astolfo O. de Oliveira Filho

Año 11 – Nº 523 – 2 de Julio de 2017

La Revista Espírita de 1860
Parte 3

Continuamos en esta edición el estudio de la Revue Spirite de 1860, publicación mensual de divulgación espírita fundada y dirigida por Allan Kardec. Este estudio fue basado en la traducción al idioma portugués realizada por Júlio Abreu Filho y publicada por EDICEL. Las respuestas a las preguntas propuestas se encuentran al final del texto para la lectura.

Preguntas para el debate 

A. ¿Existen los genios de las flores?

B. ¿Puede un Espíritu inferior usurpar el nombre de un Espíritu superior?

C. ¿Cómo se formó la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas?

D. ¿Cómo proceder ante las teorías científicas propuestas por los Espíritus?

Texto para la lectura

54. Colocándose a su lado el Espíritu del Dr. Vignal, Cauvière lo distinguía entre los vivos por su envoltura, menos transparente que la de él. (P. 91)

55. Kardec evocó a la señorita Indermuhle, sordomuda de nacimiento, de origen alemán y residente en Berna (Suiza), la cual le respondió en francés. Su explicación: “El pensamiento no tiene idioma: yo lo comunico al guía del médium, que lo traduce al idioma que le es familiar”. (P. 94)

56. Kardec informa que a los Espíritus serios no les gusta repetir, porque nuestro lenguaje es tan lento para ellos que evitan todo lo que les parece inútil. Mientras que los frívolos, los obsesores y los burlones son prolijos. (P. 95)

57. La Revue transcribe un mensaje de Hettani, que se llamó genio de las flores. San Luis lo rectifica en varios puntos: el Espíritu no preside, de manera particular, la formación de las flores. El Espíritu elemental, antes de pasar a la serie animal, dirige su acción fluídica a la creación vegetal, pero todavía no ha encarnado, y actúa bajo la dirección de otras inteligencias. (P. 99)

58. Ningún pensamiento, ningún instinto tiene el Espíritu que da vida a las plantas y a las flores – es lo que le dice San Luis a Kardec. (P. 99)

59. El Espíritu de Staël dice: “Si Dios puso en nuestros corazones esa necesidad tan grande de felicidad, es que ella debe existir en algún lugar. Sí, confiad en Él, pero sabed que todo lo que Dios promete debe ser divino como Él, y que la felicidad que buscáis no puede ser material”. (P. 100)

60. Kardec anuncia el lanzamiento de la 2ª edición de El Libro de los Espíritus, ocurrida en marzo de 1860, totalmente reestructurada y considerablemente aumentada. (P. 100)

61. ¿Cómo puede un Espíritu inferior usurpar el nombre de un Espíritu superior? A esta pregunta, Kardec responde que Dios puede permitir que esto ocurra para probar nuestra paciencia, nuestra fe, nuestra firmeza para resistir a la tentación y ejercitar nuestra perspicacia para distinguirlos. (P. 105)

62. No formamos una secta, ni un partido, dice Kardec. Las raíces del Espiritismo no están en nuestra Sociedad, sino en todo el mundo. Existe algo más poderoso que todas las sociedades: es la doctrina que va al corazón y a la razón de los que la comprenden y, sobre todo, de los que la practican. (P. 107)

63. Kardec cuenta cómo se formó la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas: “Yo recibía en mi casa a un pequeño grupo de personas; consideraron que el grupo había crecido; que era necesario un local más grande. Para tenerlo, tendríamos que pagar, que cotizar. Dijeron además: es necesario orden en las sesiones; no se puede admitir al primero que llegue; es necesario un reglamento. He aquí toda la historia de la Sociedad”. (P. 107)

64. La forma más o menos imponente del lenguaje no es importante, porque los impostores pueden adoptarla. Partimos entonces – dice Kardec – del principio de que los buenos Espíritus solo aconsejan el bien, la unión, la concordia y que su lenguaje es siempre sencillo, modesto, marcado por la benevolencia, exento de acrimonia, de arrogancia y de fatuidad, en una palabra, todo en ellos exhala la caridad más pura. He aquí el verdadero criterio para juzgarlos. (P. 109)

65. Jobard diserta sobre la teoría de la incrustación planetaria, que explica por qué hay en la Tierra raza amarilla, negra, blanca y roja. (P. 111)

66. Kardec dice que esa teoría ya ha sido dada por varios Espíritus, pero confiesa que no es adepto a ella. (N.R.: Emmanuel se refiere a la formación de la Tierra de manera muy diferente a lo propuesto por la teoría de la incrustación.) (P. 112)

67. El Codificador dice que Dios quiere que adquiramos la ciencia mediante el trabajo y no encargó a los Espíritus traerla lista. (P. 112)

68. Los Espíritus tienen dos maneras de instruir a los hombres: comunicándose directamente o encarnando para desempeñar ciertas misiones. (P. 113)

69. Puesto que no ha llegado el tempo para diseminar ciertas ideas, será en vano que interroguemos a los Espíritus sobre el asunto. (P. 113)

70. Separar lo verdadero de lo falso, descubrir el embuste en los mensajes espíritas, he aquí una de las mayores dificultades de la ciencia espírita. (P. 114)

71. Kardec dice que la teoría de la formación de la Tierra por incrustación no es la única que ha sido dada por los Espíritus. ¿En cuál creer? Esto prueba que, fuera de la moral, no se debe aceptar las teorías científicas de los Espíritus. (P. 114)

72. Es necesario examinarlas racionalmente. Fue así como se procedió con la doctrina de la reencarnación, adoptada no porque venía de los Espíritus sino porque era la única que podía resolver todas las dudas. (P. 115)

73. Según a teoría de la incrustación, la Tierra sería muy antigua por sus partes y muy nueva por su aglomeración. (P. 116)

74. La Revue publica una carta del Dr. Morhéry con respecto a la señorita Désirée Godu, médium curadora, que pasó a residir en su casa y a trabajar con él junto a sus enfermos. (PP. 117 y 118)

75. El Dr. Morhéry prometió relatar sus observaciones sobre las curaciones obtenidas por la médium y se observa, por su misiva, que él era adepto de una práctica médica diferente de la Medicina orgánica de entonces, esclava de la farmacología mineral, de la que tanto se abusó. (P. 119)

76. “¡Cuánta salud arruinada por el uso de sustancias minerales que, en caso fracasen, aumentan el mal y en el caso de mejoría, muchas veces dejan huellas en el organismo!”, lamentó el Dr. Morhéry. (PP. 119 y 120)

77. El Dr. Morhéry relata varias curaciones obtenidas por la Srta. Godu, entre ellas la de Pierre Le Boudec, sordo hace 18 años, quien después de tres días de tratamiento pudo oír, maravillado, el canto de los pájaros. (P. 120)

78. Cuando escribió, la médium cuidaba al Sr. Bigot, afectado desde hacía dos años y medio por un cáncer en el labio inferior, que ya había llegado al último grado. Sus dolores eran atroces; Bigot no dormía hacía seis meses; pero desde la primera curación sintió alivio, dormía bien y se alimentaba, habiéndole regresado la confianza, mientras que la llaga había cambiado de aspecto. (PP. 120 y 121) (Continúa en el próximo número.)

Respuestas a las preguntas


A. ¿Existen los genios de las flores?

No. San Luis dice que el Espíritu no preside, de manera particular, la formación de las flores. El Espíritu elemental, antes de pasar a la serie animal, dirige su acción fluídica a la creación vegetal, pero todavía no ha encarnado, y actúa bajo la dirección de otras inteligencias. (Revue Spirite, p. 99.)

B. ¿Puede un Espíritu inferior usurpar el nombre de un Espíritu superior?

Sí. Dios puede permitir que esto ocurra para probar nuestra paciencia, nuestra fe, nuestra firmeza para resistir a la tentación y ejercitar nuestra perspicacia para distinguirlos. Es por eso que el examen cuidadoso de todas las comunicaciones espíritas es indispensable. (Obra citada, p. 105.)

C. ¿Cómo se formó la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas?

Surgió de una forma no planeada. Kardec recibía en su casa a un pequeño número de personas. Consideraron que el grupo había crecido; que era necesario un local más grande y que, para tenerlo, sería necesario pagar, por cuotas. Dijeron además: que era necesario orden en las sesiones, que no se podía admitir al primero que llegase y era necesario un reglamento. He aquí la historia de la Sociedad, según las palabras del propio Codificador. (Obra citada, p. 107.)

D. ¿Cómo proceder ante las teorías científicas propuestas por los Espíritus?

El Codificador fue muy claro en relación a esta cuestión: fuera de la moral, no se debe aceptar las teorías científicas de los Espíritus. Es necesario examinarlas racionalmente. Fue así como se procedió con la doctrina de la reencarnación, adoptada no porque venía de los Espíritus sino porque era la única que podía resolver todas las dudas. (Obra citada, pp. 114 y 115.)

 
Traducción:
Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com

 

     
     

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