Entrevista
por Orson Peter Carrara

Año 11 – Nº 520 – 11 de Junio de 2017

Notables recuerdos de la convivencia con un gran espírita

 
La rica historia del Instituto Bairral, en Itapira (SP), ciudad en donde nació y reside José Eduardo Rocha Pereira (foto) nos hace posible realizar varias entrevistas. Difundimos la primera de ellas, que se refiiere a uno de sus grandes exponentes, el Dr. José Carlos Camargo Ferraz, de notable influencia en la institución y citado aquí con mucha gratitud por el entrevistado.

José Eduardo es bancario jubilado, vicepresidente de la Fundación Espírita Américo Bairral y tesorero de la Casa de Reposo Allan Kardec, en la misma ciudad. Espírita desde 1964, sus respuestas demuestran el cariño con que dedica su tiempo a la importante institución de salud mental.

¿Cómo se involucró con la Fundación Espírita Américo Bairral? ¿Cuándo y por qué?

Era amigo del Dr. José Carlos Camargo Ferraz, espírita convicto, quien estaba ligado a la Fundación, y en noviembre de 1966 recibí de él la invitación para integrar la directiva de la institución. Acepté y pasé a formar parte de la Comisión de Finanzas (Consejo Fiscal), trabajando allí por 4 meses. En marzo de 1967 fui elegido para la directiva (actualmente Consejo Directivo), del cual soy parte hasta ahora, habiendo ejercido los cargos de Tesorero y Presidente; hoy estoy en la Vicepresidencia.

¿Quién fue el Dr. José Carlos de Camargo Ferraz?

Era el Promotor Público de la comarca, que vino a Itapira alrededor de 1956. Tiempo después de su llegada participó en una reunión mediúmnica en la cual una comunicación lo convenció completamente de la realidad del mundo espiritual. A partir de entonces pasó a dedicarse con extraordinario empeño al estudio de la Doctrina Espírita y a la práctica de la caridad, circunstancias que caracterizaron su vida hasta su desencarnación.

¿Él estaba involucrado con el Instituto Bairral? ¿De qué manera?

Como Promotor Público, él era el Curador Legal de la Fundación que mantenía el hospital psiquiátrico denominado Instituto Bairral de Psiquiatría, ejerciendo el papel de fiscalización previsto por la ley. Tratándose de una entidad espírita, allí había prácticas doctrinarias que lo atrajeron. Con el paso del tiempo, y en función de su papel legal, se fue interesando en los aspectos administrativos de la obra, volviéndose su gran líder y entregándose a esta con cuerpo y alma, habiendo permanecido allí hasta el final del 2001.

¿Cómo surgió el interés de él en componer canciones espíritas? ¿Con qué finalidad?

A él siempre le gustó la música. Era compositor y en la época en que cursó la Facultad de Derecho en Largo São Francisco se volvió muy popular entre los académicos justamente por su afición por la música.  Compuso numerosas melodías, varias de las cuales llegaron a ser grabadas por cantantes consagrados de la época. Los pacientes del hospital reciban el pase en el auditorio de la institución; para que el ambiente tuviese el clima más propicio, él decidió introducir el canto, hecho por los propios pacientes, en coro, con acompañamiento musical en vivo. Y los himnos cantados tenían la mayor parte letra y música de su autoría. Las letras, invariablemente, hablan de amor, caridad y elevación espiritual.

¿Cómo surgió la publicación de HIMNARIO ESPIRITA? Háblenos sobre el librito.

El Himnario fue la manera que encontró de reunir en un único volumen todos los himnos que eran cantados en ese trabajo. Son en total 30, de los cuales José Carlos es el autor de la letra y de la música de 13 y de la letra de 12. Los 5 restantes están divididos entre 3 himnos con letra y música originales de la Iglesia Presbiteriana y 2 de autoría desconocida. Actualmente está en su séptima edición.

¿Cómo fue su convivencia con él? ¿Y cuáles son las impresiones que guarda de su personalidad?

Tuvimos una convivencia fraterna de casi 40 años. Su rasgo más resaltante era el amor a la verdad y el coraje de decirla. Era de una inteligencia extraordinaria. Yo y mis compañeros de la directiva del Instituto Bairral aprendimos mucho con él, no sólo sobre Doctrina Espírita, sino también sobre los Evangelios, que conocía profundamente. Y nos deleitábamos cuando, a nuestro pedido, declamaba varios de los cerca de 1,000 sonetos de la lengua portuguesa que sabía de memoria.

¿Cuál es el significado de él en la historia del Instituto Bairral?

Acostumbro decir que en la historia del Instituto Bairral hay cuatro grandes misioneros, Espíritus elegidos que se involucraron, cada uno en su tiempo, de respectivamente, crear, desarrollar y consolidar esta bendecida obra: los fundadores - el matrimonio Onofre y Gracinda Batista, su yerno, Cesar Bianchi, y el Dr. José Carlos de Camargo Ferraz. Nosotros, los dirigentes actuales, no nos cansamos de resaltar los méritos de esos maravillosos hermanos, inimitables en su coraje y en su dedicación al ideal que persiguieron a lo largo de su existencia.

¿Cuál es el recuerdo más resaltante de su vivencia en Bairral?

No sabría destacar uno en particular. Recuerdo con satisfacción y alegría todos los pasos dados en la dirección del crecimiento técnico del hospital y de su pionerismo, de que son ejemplos la implementación de las unidades de tratamiento específicas para cada diagnóstico, la creación del Núcleo de Terapia Intensiva y la instalación de la Residencia Médica en Psiquiatría, que actualmente gradúa ocho profesionales por año en esa especialidad.

¿Algo que le gustaría añadir o destacar para los lectores?

El mismo trabajo que inspiró al Dr. José Carlos a la organización del Himnario Espírita existe hasta hoy, conducido por un equipo del cual formó parte hace más de 25 años. Lo frecuentan los pacientes que espontáneamente manifiestan su deseo de participar y recibir el pase magnético.

Sus palabras finales.

Esta entrevista es motivo de emoción por proporcionarme tiernos recuerdos del Dr. José Carlos, un gran amigo, un gran espírita, una criatura que marcó indeleblemente todo un período importante de mi vida.

 

Traducción:
Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com

 

 

     
     

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