Editorial 

Año 11 – Nº 520 – 11 de Junio de 2017

Mujer, la guardiana del hogar y de la familia
 
La materia especial de esta edición trata, como dice el título, de El Libro de los Espíritus, la esclavitud y los derechos entre el hombre y la mujer. Vamos a detenernos acerca de la mujer. Tratamos, primeramente, de las citaciones d’ El Libro de los Espíritus, también presentes en el artículo de Altamirando:

-¿El hombre y la mujer son iguales delante de Dios y tienen los mismos   derechos?

“¿Dios no dio a ambos el conocimiento del bien y del mal y la facultad de progresar?” (El Libro de los Espíritus, cuestión 817)

-¿Las funciones a que la mujer es destinada por la Naturaleza tendrán importancia tan grande cuanto las conferidas al hombre?

“Sí, y hasta mayores. Es ella quien le da las primeras nociones de la vida.” (El Libro de los Espíritus, cuestión 821)

-¿Siendo así, una legislación, para ser perfectamente justa, debe consagrar la  igualdad de derechos del hombre y de la mujer?

“De derechos, sí; de funciones, no. (…)” (El Libro de los Espíritus, cuestión 822-a)

El libro de André Luiz titulado Conducta Espírita, tan poco consultado, que vale la pena ser leído y releído de tiempos en tiempos debido a la riqueza de contenido que no puede ser obtenido en una única lectura. Esa riqueza conceptual, en su lenguaje simple, pero de una  profundidad notable y una concisión sorprendente, merece ser meditada como toda la serie  novelada de ese autor. Destacamos las siguientes citaciones dirigidas a las mujeres:  

[La mujer necesita] “Compenetrarse del apostolado de guardiana del instituto de la familia y de su elevada tarea en la conducción de las almas traídas en el renacimiento físico.” (Conducta Espírita, cap. 1)

La madre tiene un apostolado. Como apóstol, es una enviada con una misión: ser la guardiana de la familia; guardar, proteger el núcleo doméstico, garantizando a la prole un desarrollo sano. Debe conducir, llevar junto los hijos para que sigan sus pasos, transmitiendo, con su ejemplo, las primeras nociones de la vida. El amor de madre es un amor incondicional.

[La mujer necesita] “Ajustarse con las enseñanzas cristianas que le sitúan el alma en los servicios de maternidad y de la educación, en los deberes de la asistencia y en las bendiciones de la mediúmnidad santificante.” (Conducta Espírita, cap. 1)

Estamos hablando de mujeres que profesan el Cristianismo, entonces el imperativo de caminar en sintonía con las enseñanzas cristianas, de ajustarse con ellas. La maternidad es un corolario de la mujer, una consecuencia  natural y evidente de su naturaleza de esposa. Pero los quehaceres domésticos, mismo para aquellas que tienen trabajo fuera del hogar, no pueden ser un impeditivo del servicio de asistencia y de la mediumnidad. A propósito, es más que evidente, en los días actuales, que los servicios domésticos deben ser compartidos con el marido, mismo que haya empleados de hogar.

[La mujer necesita] “Oponerse a cualquier artificiosidad que vise transformar el casamiento en

una simple unión sexual, sin las bellezas de la maternidad.” (Conducta Espírita, cap. 1)

André Luiz considera la maternidad un granero de bendiciones, una fuente del bello. Hurtarse de la maternidad, o evitarla indefinidamente, es una transgresión a la Ley de la Vida, que pide compromiso con la programación reencarnatoria, con los espíritus destinados a encarnar en la familia. El culto de la sensualidad es el culto del egoísmo y del materialismo. En esa práctica infeliz, nos quedamos sometidos a las planificaciones más bajas de la espiritualidad, construyendo una cárcel de difícil trasposición.
 
 

Traducción:
Elza Ferreira Navarro - mr.navarro@uol.com.br 

 

 

     
     

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