Entrevista
por Orson Peter Carrara

Año 11 – Nº 519 – 4 de Junio de 2017

Una experiencia casi centenaria

 
Natural de Itapira y residente de Santo Antônio de Posse, ambos municipios paulistas, Aristides Apolinário (foto), de 91 años de edad, casado hace 70 años con Emma de Jesus Apolinário y padre de 12 hijos, es fundador del Centro Espírita Juca de Andrade, situado en la ciudad donde reside. Estudió enfermería por correspondencia y pasó a aplicar sus conocimientos y dedicación en favor del prójimo, transformando su propia casa  - en una época en que no eran comunes las farmacias -  en un auténtico puesto de asistencia médica y también de donaciones para aliviar las amarguras humanas, incluyendo el pase y la atención fraterna.  De su experiencia espírita, mediúmnica y con tantas atenciones al público que siempre lo buscó, buscamos algunas respuestas.

¿Cómo se siente ser casi centenario?

¿Qué puedo decir? Estoy FELIZ, completamente feliz, no tengo duda. En este tiempo de centenario acumulé muchas experiencias en el campo espírita en el campo del conocimiento intelectual.

¿Y cómo es vivir tantos años conociendo el  Espiritismo?

En verdad, yo soy solo un siervo de JESUS; quien manda en mí es Él, yo no vivo sin él. Yo soy un compañero del apóstol San Pablo y he procurado vivir como dijo el apóstol: Yo no vivo más, es Cristo quien vive en mí.

¿Cómo conoció el Espiritismo?

El conocimiento espírita me vino en la infancia, porque siempre mi madre asistía al centro  espírita  y nosotros la acompañábamos; entonces me convertí en espírita en la infancia.

¿Cómo sintió su mediumnidad?

Bueno, la causa de la mediumnidad es un hecho importante porque no lo sentimos. Yo no sentí la mediumnidad; ella simplemente afloró y me convertí con 33 años, aunque desde los 12 años ya estudiaba la Biblia. Un Espíritu habló conmigo directamente en una atención.

¿Cuál es la experiencia más resaltante vivida con la mediumnidad?

En la atención a un muchacho de 15 años que estaba mordiendo hasta las paredes, de tan obsesado que estaba. Entonces, llegué cerca de la puerta del cuarto y el Espíritu levantó la cabeza del chico y me habló: ¿qué es lo que usted vino a hacer aquí? Es mudo, no habla nada. En ese momento recibí una energía que hablé: Ahora usted está bajo la Protección Divina. El Espíritu dijo: Eso es lo que estaba necesitando. Entonces: Retírese de ese muchacho, le dije. Y él se retiró y el muchacho se levantó y vino a hablar conmigo. Caramba Aristides, ¿usted está aquí? Y yo le dije: Sí, su madre me dijo que estaba enfermo. Y de ahí salí a las tinieblas, porque hasta mi linterna eléctrica se apagaba; caminé unos 200 metros orando, pidiéndole a Dios protección y un Espíritu a mi lado que me acompañó me dijo: Hijo, necesitas desarrollar ese conocimiento. Y yo le dije: ¿Pero cómo?  Busque un Centro Espírita - fue la respuesta y de ahí busque un centro.

Y las atenciones al público, ¿cómo comenzaron?

Las atenciones al público comenzaron porque soy enfermero y fui atendiendo al pueblo. Y con el conocimiento espiritual y también mediúmnico me permitió trabajar con los dos. Por ejemplo: alimentación, inyección, remedios, médico y farmacia. Y pagaba todo de mi propio bolsillo.

De sus recuerdos en la práctica espírita ¿qué le gustaría citar?

En verdad yo encontré un mensaje escrito en mis cosas, que nadie escribió y lo llevé a un médium, que me dijo que yo tenía que desaparecer  aquello y lo lancé al río. ¡Me arrepiento hasta ahora!

Una receta centenaria en la superación de las dificultades que nos llegan...

Lo único y más certero es esforzarse para divulgar la doctrina, hasta en la política, porque no podemos perder la oportunidad de esclarecer a las personas en la doctrina espírita porque,  lamentablemente, hoy el 50% que se dicen espíritas no lo son. Y buscan la cura material, siendo que nosotros tenemos que curar el Espíritu.

¿Algo más que le gustaría añadir?

Sí, un día recibí un Espíritu materializado en mi casa. Mi esposa y yo conversamos con él y él habló todo lo que estaba ocurriendo en mi casa. Le ofrecí un café y él me dijo: Que él no bebía nada que estuviera en el fuego y mi esposa y yo lo acompañamos hasta la puerta, y él desapareció frente a nosotros.

Sus palabras finales.

Para quien está comenzando y para quien está dentro de la doctrina es preciso ESTUDIAR mucho y principalmente conocer la Biblia para mostrar, dentro de ella, la doctrina espírita. Y algo más: es fundamental tener la firmeza dentro de nuestro trabajo a la luz de la doctrina espírita.

 

Traducción:
Ricardo Morante - rmorante3@yahoo.com

 

 

     
     

O Consolador
 Revista Semanal de Divulgação Espírita