Estudio de las Obras de Allan Kardec
por Astolfo O. de Oliveira Filho

Año 11 – Nº 517 – 21 de Mayo de 2017

La Revista Espírita de 1859

Parte 7

Continuamos en esta edición el estudio de la Revue Spirite de 1859, publicación mensual de divulgación espírita fundada y dirigida por Allan Kardec. Este estudio está basado en la traducción al idioma portugués realizada por Júlio Abreu Filho y publicada por EDICEL. Las respuestas a las preguntas propuestas se encuentran al final del texto para la lectura.

Preguntas para el debate 

A. ¿Cómo vencer la malicia de los Espíritus engañadores?

B. ¿En qué condiciones retornó Voltaire al mundo espiritual?

C. ¿Hay entre los Espíritus algún tipo de jerarquía?

D. ¿Hay algún fundamento en la mitología? 

Texto para la lectura

148. Otra señal de la presencia de los Espíritus malos es la obsesión: los Espíritus buenos jamás obsesan; los malos se imponen en todo momento. (P. 258)

149. Al pasar las comunicaciones espíritas por el control de las consideraciones precedentes, reconoceremos fácilmente su origen y podremos destruir la malicia de los espíritus engañadores, que solo se dirigen a aquellos que se dejan engañar. (P. 258)

150. Agréguese a todo eso que la oración es una poderosa ayuda: por ella atraemos la asistencia de Dios y de los Espíritus buenos, aumentando nuestra propia fuerza. “Ayúdate que el cielo te ayudará”, dice Jesús. (P. 259)

151. Un corresponsal de Boulogne envía una comunicación de Voltaire extraída de una obra del juez Edmonds, publicada en los Estados Unidos. En la comunicación, Voltaire conversa con Wolsey, célebre cardenal inglés del tiempo de Enrique VIII. Dos médiums sirvieron para transmitir el diálogo. (P. 262)

152. Confirmando que por ignorancia había atacado a la religión cristiana, Voltaire lamenta no haber conocido en su época al Espiritismo y lo mucho que podría haber hecho entonces. (P. 263)

153. Descreído y dubitativo, sin nadie con quien pudiese entablar relaciones, fue así que él, Voltaire, entró en el mundo espiritual. (P. 264)

154. Al principio, conducido lejos de las habitaciones espirituales, recorrió el espacio inmenso. Después, le fue permitido ver las constru-cciones maravillosas habitadas por los Espíritus, hasta que su alma quedase deslumbrada y aplastada ante el poder que controlaba tales maravillas. (P. 264)

155. Con el corazón sintiendo la necesidad de expandirse, caído en el cansancio y en la humillación, fue entonces que pudo reunirse con algunos habitantes y contemplar la posición en que se había colocado en la Tierra y lo que de ello resultaba en el mundo espiritual. (PP. 264 y 265)

156. Una revolución completa ocurrió en todo su ser y, del maestro que era, se volvió el más fervoroso discípulo. Vio entonces cuán grandes habían sido sus errores y cuanto mayor debía ser a reparación, para expiar todo lo que había hecho o dicho para seducir y engañar a la Humanidad. (P. 265)

157. Lamenté profundamente – dice él – las opiniones que expresé y que desviaron a mucha gente; pero, al mismo tiempo, estoy profundamente agradecido al Creador, el infinitamente sabio, porque sentí que fui un instrumento para ayudar a los Espíritus de los hombres a volcarse al examen y al progreso. (P. 265)

158. Al final de la batalla de Solferino, se desató una violenta tempestad que hizo que muchos soldados austríacos se salvasen. Un militar de Italia, que presenció el fenómeno, evocado por Kardec, dijo que la tempestad fue provocada por la voluntad de Dios, exactamente con ese objetivo. (P. 268)

159. Los Espíritus no tienen en cuenta las distinciones terrestres, que nada valen entre ellos, pero hay entre ellos una jerarquía y una subordinación basadas en las cualidades adquiridas. (P. 269)

160. El Espíritu del general Hoche informa que reencarnará en Mercurio, un mundo moralmente inferior a la Tierra, en el que los habitantes son más materializados que los que viven en nuestro planeta. (P. 270)

161. El mismo general cuenta que a partir del momento en que desencarnó, visitó la Tierra enteramente, aprendiendo las leyes que Dios emplea para dirigir todos los fenómenos que contribuyen a la vida terrena. Después, hizo lo mismo en otros mundos. (P. 270)

162. La Revue trae una comunicación dada por el Espíritu del Sr. J…, comerciante del departamento de La Sarthe, muerto en 1859, el cual, además de haber hecho un estudio serio del Espiritismo, era un hombre de bien y de una caridad sin límites. Su momento de despertar no tuvo nada de penoso. “Yo me sentía alegre y dispuesto, como si hubiese respirado aire puro al salir de una sala llena de humo”, informó el Sr. J… (PP. 272 y 273)

163. La mitología – dice Kardec – está enteramente basada en las ideas espíritas; en ella encontramos todas las propiedades de los Espíritus, con la diferencia de que los antiguos los habían transformado en dioses. (P. 277)

164. Kardec habla del hogar de la Sra. G…, viuda, con 4 hijos, de los cuales el mayor cuenta con 17 años y la menor, 6. Unidos por la creencia espírita, la familia continuó unida incluso con la muerte del padre que, al presentir su fin próximo, reunió a sus hijos y les dio un conmovedor consejo, cuyo final termina así: “Que la paz, la concordia y la unión reinen entre vosotros; que nunca el interés os separe, porque el interés material es la mayor barrera entre la Tierra y el Cielo”. (PP. 278 y 279)

165. Alimentados en las ideas espíritas, esos niños no se consideran separados de su padre, y una noche por semana, y a veces más, es consagrada para conversar con él. (P. 279)

166. Kardec critica el título dado por el Sr. Mathieu, antiguo farmacéutico del Ejército, a una obra en la que relata hechos de escritura directa. Mathieu la llamó “Un Milagro”. Ahora bien, dice Kardec, el milagro es una derogación de las leyes de la Naturaleza, lo que no se puede decir de la escritura directa. (P. 281)

167. Continuando su artículo, Kardec habla sobre levitación – la suspensión etérea de cuerpos sólidos -, un hecho demostrado y explicado por el Espiritismo y del cual fue testigo ocular. (P. 283)

168. Otro fenómeno citado por él, que se encuentra también en el orden de las cosas naturales, es el de la aparición, bastante frecuente y perfectamente explicado por la Ciencia Espírita. (P. 283)

169. La Revue publica la sentencia del Tribunal Correccional de Douai, del 27/8/1859, en la que los toques y pases magnéticos fueron reconocidos por la Corte. Kardec critica, sin embargo, a los peritos por su ignorancia con respecto al magnetismo y al sonambulismo natural. (PP. 287 y 288) 

Respuestas a las preguntas

A. ¿Cómo vencer la malicia de los Espíritus engañadores?

Analizando las comunicaciones espíritas y sometiéndolas al control recomendado por la Doctrina Espírita, reconoceremos fácilmente su origen y podremos destruir la malicia de los espíritus engañadores, los cuales solo se dirigen a aquellos que se dejan engañar. Es bueno recordar también que, en casos así,  la oración constituye una poderosa ayuda, una vez que por ella atraemos la asistencia de Dios y de los Espíritus buenos, aumentando nuestra propia fuerza. (Revue Spirite, pp. 258 y 259.)

B. ¿En qué condiciones retornó Voltaire al mundo espiritual?

Descreído y dubitativo, sin nadie con quien pudiese entablar relaciones, fue así que Voltaire entró en el mundo espiritual. Al principio, conducido lejos de las habitaciones espirituales, recorrió el espacio inmenso. Después le fue permitido ver las construcciones maravillosas habitadas por los Espíritus, hasta que su alma quedase deslumbrada y aplastada ante el poder que controlaba tales maravillas. Con el corazón sintiendo la necesidad de expandirse, caído en el cansancio y en la humillación, fue entonces que pudo reunirse con algunos habitantes y contemplar la posición en que se había colocado en la Tierra y lo que de ello resultaba en el mundo en el que ahora estaba. (Obra citada, pp. 264 y 265.)

C. ¿Hay entre los Espíritus algún tipo de jerarquía?

Sí. Hay entre ellos una jerarquía y una subordinación basadas en las cualidades adquiridas y que nada tienen que ver con las distinciones terrestres. (Obra citada, pág. 269.)

D. ¿Hay algún fundamento en la mitología?

Sí. La mitología está enteramente basada en las ideas espíritas. En ella encontramos, dice Kardec,  todas las propiedades de los Espíritus, con la diferencia de que los antiguos los habían transformado en dioses. (Obra citada, pág. 277.)

 

Traducción:

Maria Reyna - mreyna.morante@gmail.com


 

     
     

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