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Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita  Português
Programa I: Introducción al Estudio de la Doctrina Espírita
Año 1 - N° 7 - 30 de Maio de 2007 
THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 

El consolador prometido
por Jesús
 

Presentamos en esta edición el tema nº 7 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate 

1. ¿En qué Evangelio está consignada la promesa de Jesús relativa al Consolador?

2. El consolador prometido por Jesús debería presentar algunas características especiales. ¿Cuáles son ellas?

3. ¿Por qué motivo el Espiritismo se presenta como el Consolador prometido por Jesús?

4. ¿Qué razones justificarían la promesa de Cristo, relativamente al advenimiento del Espíritu de la Verdad?

5. ¿Usted encuentra que el Espiritismo llena todas las condiciones inherentes al Consolador prometido por Jesús?

Texto para la lectura 

1. El Evangelio de Juan registra de la siguiente forma la promesa de Jesús relativa al Consolador: “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y rogaré a mi Padre y él os dará otro Consolador, a fin de que quede eternamente con vosotros: El Espíritu de la Verdad que el mundo no puede recibir, porque no lo ve y no conoce absolutamente. Pero, en cuanto a vosotros, lo conoceréis, porque quedará con vosotros y estará en vosotros” (Juan, 14:15 a 17).

2. Un poco más adelante, el mismo Evangelista atribuye a Jesús las siguientes palabras: “Yo os he dicho estas cosas mientras permanezco con vosotros. Pero el Paráclito, el Santo Espíritu, que mi Padre os enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os hará recordar lo que os dije” (Juan, 14:25 y 26). (N.R.: Paráclito o paracleto significa mentor, defensor, protector.)

3. Se verificará por esas palabras que el Consolador prometido por Jesús también llamado Santo Espíritu y como Espíritu de la Verdad, sería enviado a la Tierra con la misión de consolar, recordar lo que él dijo y enseñar todas las cosas.

4. El Consolador, como Espíritu de la Verdad, tendría pues, que dar al hombre el conocimiento de su origen, de la necesidad de su estancia en la Tierra y de su destino, esparciendo por todos los lados el consuelo que viene de la fe y de la esperanza.

5. Su compromiso con la verdad (la enseñanza de todas las cosas) lo eleva a la condición de una nueva Revelación (la tercera) de la ley de Dios a los hombres. Ahora, el Espiritismo procediendo de Espíritus sabios y bondadosos, en un verdadero derramamiento de la mediumnidad en la carne, llena integralmente esas condiciones, ya que:

1º - procura recordarnos lo que Jesús enseñó;

2º - nos enseña muchas cosas que el Evangelio no puede explicar adecuadamente;

3º - consuela y conforta a los que sufren al mostrarles la causa y la finalidad de los sufrimientos humanos.

6. La revelación cristiana sucedió a la revelación mosaica; la revelación de los Espíritus vino a completarla. El Espiritismo es, pues, según los propios Espíritus superiores, el Consolador prometido por el Cristo.

7. Varias fueron las razones que justificaron la promesa de Cristo, relativamente al advenimiento de la Verdad. Una de ellas sería la inoportunidad de una revelación total y completa por Cristo, en una época en que el hombre no estaría maduro para comprenderla. Otra razón sería el olvido y la falta de vivencia de las verdades predicadas en el Evangelio. Y más que esto, se destacan como fuerte razón a las distorsiones premeditadas que el mensaje evangélico sufrió a los largo de los tiempos. Kardec afirma, en “La Génesis”, habrán sido dos mil años de fermentación y de criminales deformaciones del mensaje cristiano.

8. La relación entre el Espiritismo y el Consolador prometido esta en el hecho de que la Doctrina Espírita llene todas las condiciones inherentes al Paráclito anunciado por Jesús. Como señalaba Kardec, el Espiritismo viene a abrir los ojos y los oídos de toda la gente, pues habla sin figuras, ni alegorías, y levanta el velo intencionadamente lanzado sobre ciertos misterios, trayendo el consuelo supremo a los desheredados de la Tierra y a todos los que sufren.

9. Si, de un lado, el Espíritu de la Verdad se presentaba a los hombres, al frente de elevadas Entidades espirituales, que volvieron a la Tierra para completar la obra de Cristo, de otro Kardec se ponía dispuesto, al frente de criaturas espiritualizadas, dispuestas a colaborar en la inmensa tarea. Se cumplía, así, una promesa de Cristo, por medio de todo un inmenso proceso de madurez espiritual del hombre.

10. Kardec fue, por tanto, el instrumento de que se sirvió lo Alto para completar el mensaje de Cristo, como él mismo había prometido, por intermedio de una Doctrina altamente consoladora e íntimamente ligada a la enseñanza moral contenida en el Evangelio de Jesús, que permanecerá para siempre con nosotros.

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿En qué Evangelio está consignada la promesa de Jesús relativa al Consolador?

R.: En el Evangelio de Juan, cap. 14.

2. El Consolador prometido por Jesús debería presentar algunas características especiales. ¿Cuáles son ellas?

R.: Más allá, evidentemente, de la tarea de consolar, el debería recordar lo que Jesús había enseñado y, superando la propia enseñanza de Cristo, enseñar al hombre todas las cosas.

3. ¿Por qué el Espiritismo se presenta como el Consolador prometido por Jesús?

R.: La revelación cristiana sucedió a la revelación mosaica, y la revelación de los Espíritus vino a completarla. El Espiritismo es, según afirman los propios Espíritus superiores, el Consolador prometido por el Cristo. Y él, de hecho, llenó integralmente las condiciones mencionadas en la promesa de Cristo, ya que: 1º - procura recordarnos lo que Jesús enseñó; 2º - nos enseña muchas cosas que el Evangelio no puede explicar adecuadamente; 3º - consuela y conforta a los que sufren al mostrarles la causa y la finalidad de los sufrimientos humanos.

4. ¿Que razones justificarían la promesa de Cristo, relativamente al advenimiento del Espíritu de la Verdad?

R.: Varias fueron las razones que justificaron la promesa de Cristo, relativamente al advenimiento del Espíritu de la verdad. Una de ellas sería la inoportunidad de una revelación total y completa por Cristo, en una época en que el hombre no estaría maduro para comprenderla. Otra razón sería el olvido y la falta de vivencia de las verdades predicadas en el Evangelio. Y más que eso, se destacan como una fuerte razón las distorsiones premeditadas que el mensaje evangélico sufre a lo largo de los tiempos.

5. ¿Usted encuentra que el Espiritismo tiene todas las condiciones inherentes al Consolador prometido por Jesús?

R.: Sí. No existe duda en cuanto a eso. Como señala Kardec, el Espiritismo vino a abrir los ojos y los oídos de toda la gente, pues habla sin figuras, ni alegorías, y levanta el velo intencionadamente lanzado sobre ciertos misterios, trayendo el consuelo supremo a los desheredados de la Tierra y a todos los que sufren y cumpliendo, de ese modo, todas las condiciones citadas por Jesús en su promesa.


Bibliografia
:

"O Evangelho segundo o Espiritismo", de Allan Kardec, cap. 2.

"A Gênese", de Allan Kar
dec, itens 37 e 40.

"O Espírito e o Tempo", de J. Herculano Pires.
 

 


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O Consolador
 
Revista Semanal de Divulgación Espirita