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Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita  Português
Programa I: Introducción al Estudio de la Doctrina Espírita
Año 1 - N° 17 - 8 de Agosto del 2007  
THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 
 


La influencia de los Espíritus en nuestros pensamientos
y actos



 

Presentamos en esta edición el tema nº 17 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate 

1. ¿Es cierto decir que los Espíritus nos influencian tanto, que muchas veces son ellos los que nos dirigen?

2. ¿Cómo podemos clasificar las influencias espirituales?

3. Si somos influenciados por otros individuos, ¿cómo distinguir con claridad nuestros pensamientos de aquellos que nos son sugeridos?

4. ¿Por qué a los Espíritus infelices les gusta perjudicarnos?

5. ¿Si las influencias espirituales negativas existen, cómo proceder para neutralizarlas?

Texto para la lectura 

La influencia de los Espíritus puede ser buena o mala

1. La influencia que los Espíritus ejercen sobre nuestros pensamientos y acciones en el día a día es mucho mayor de lo que nosotros imaginamos, porque muchas veces son ellos los que nos dirigen. Esa influencia puede ser buena o mala, oculta u ostensiva, fugaz o duradera, pero, en cualquier situación, ella sólo se concreta por medio de la sintonía que se establece entre los individuos.

2. En muchos de los pensamientos que tenemos en determinadas situaciones nos surgen ideas diferentes sobre el mismo asunto, y a veces, ideas que se contradicen. Con seguridad en esos momentos estamos siendo blancos de la influencia de los Espíritus, hecho que no todos perciben, especialmente cuando ella se da de forma sutil y oculta. (Vea sobre el asunto el caso Custódio Saquarema narrado por Hermano X en el libro Cartas y crónicas, pp. 38 a 42, psicografiado por Francisco Cândido Xavier.

3. Una forma de distinguir nuestros pensamientos de los que nos son sugeridos es comprender que, normalmente, es nuestro el primer pensamiento que nos ocurre. Pero, lo más importante es saber que, independientemente de sugerencias o no, la responsabilidad por los actos es nuestra, cabiéndonos el mérito por el bien que de ahí resultar o el demérito si la acción es negativa.

4. Allan Kardec explica: “Si fuera útil poder claramente distinguir nuestros propios pensamientos de aquellos que nos son sugeridos, Dios nos habría dado el medio, así como nos da el de distinguir entre el día y la noche. Cuando algo queda impreciso, es que así conviene a nuestro beneficio” (El Libro de los Espíritus, nota a la cuestión 462). 

Pensamiento y vibración 

5. Las ideas nutridas por los hombres de inteligencia y por los genios proveen algunas veces de su propio Espíritu, pero a menudo son sugeridas por otros Espíritus, en la forma de inspiración, cuando estos últimos consideran que sus ideas serán dignamente comprendidas. 

6. Nos recuerda Rodolfo Calligaris que “pensar es vibrar, es entrar en relación con el Universo espiritual que nos envuelve, y, conforme la especie de las emisiones mentales de cada ser, elementos similares se le imantaran, acentuándole las disposiciones y cooperando con él en sus esfuerzos ascensionales o en sus caídas y deslices” (Páginas de Espiritismo Cristiano, FEB, cap. 53). 

7. No podemos descuidar nuestra casa mental y seguir, como tal cosa, arrastrados por la acción maléfica de los Espíritus atrasados. “Los Espíritus infelices, de mente ultrajada, - dice Calligaris – viven más con los compañeros encarnados de lo que se supone.”

8. Se mezclan – añade Calligaris - en las actividades comunes, deambulan en el nido doméstico, participan de las conversaciones, siguen a los comensales, de quienes dependen en proceso legítimo de vampirización. “Se perturban y perturban. Sufren y hacen sufrir. Odian y generan odios. Mezquinos en sí mismos, intentan que sean mezquinos los otros. Infelices, hacen infelices a los otros.” 

9. Los buenos Espíritus, al contrario, suscitan buenos pensamientos, desvían los hombres del camino del mal, protegen la vida de aquellos que se muestran dignos de su protección y neutralizan la influencia de los Espíritus imperfectos en aquellos que no se complacen en tales sugestiones. 

Como neutralizar la influencia negativa

10.  Para neutralizar la influencia de los malos Espíritus, la Doctrina Espírita nos indica una receta simple, pero infalible: la práctica del bien y la fe en Dios.

11. He ahí lo que, acerca del asunto, enseñaron los Espíritus Superiores: “Haciendo el bien y poniendo vuestra confianza en Dios, repeleréis la influencia de los Espíritus inferiores y destruiréis el dominio que sobre vosotros intentan ejercer. Guardaos de escuchar las sugerencias de los Espíritus que os suscitan malos pensamientos, que os inspiran la discordia y que os inducen a las malas pasiones. Desconfiad sobre todo de los que exaltan vuestro orgullo, pues os atrapan por el punto débil. Por eso Jesús os hace repetir en la Oración Dominical: No nos dejes caer en tentación, más líbranos del mal” (El Libro de los Espíritus, ítem 469).

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿Es cierto decir que los Espíritus nos influencian tanto, que muchas veces son ellos los que nos dirigen?

R.: Sí. Es esto lo que aprendemos en la Doctrina Espírita.

2. ¿Cómo podemos clasificar las influencias espirituales?

R.: Las influencias pueden ser buenas o malas, ocultas u ostensivas, fugaces o duraderas, pero, en cualquier situación, ellas sólo se concretan por medio de la sintonía que se establece entre nosotros y los Espíritus.

3. ¿Si somos influenciados por otros individuos, como distinguir con claridad nuestros pensamientos de aquellos que nos son sugeridos?

R.: Una forma de distinguir nuestros pensamientos de los que nos son sugeridos es comprender que, normalmente, es nuestro el primer pensamiento que nos ocurre. Lo más importante es saber que, independientemente de sugerencias o no, la responsabilidad por los actos es nuestra, cabiéndonos el mérito por el bien que de ahí resultar o el demérito si la acción es negativa.

4. ¿Por qué a los Espíritus infelices les gusta  perjudicarnos?

R.: Porque son inferiores y no saben que, actuando así, acaban perjudicándose a sí mismos. Por eso es por lo que no podemos descuidar nuestra casa mental y seguir, como si tal cosa, arrastrados por la acción maléfica de los Espíritus atrasados. Los Espíritus infelices, de mente ultrajada, viven más con los compañeros encarnados de lo que suponemos. Se mezclan en nuestras actividades comunes, deambulan en el nido doméstico, participan de nuestras conversaciones, siguen a los comensales, de quien dependen en un proceso legítimo de vampirización. Se perturban y perturban. Sufren y hacen sufrir. Odian y generan odios. Mezquinos en sí mismos, intentan que sean mezquinos los otros. Infelices, hacen infelices a los demás.”

5. Si las influencias espirituales negativas existen, ¿cómo proceder para neutralizarlas?

R.: Para neutralizar la influencia de los malos Espíritus, la Doctrina Espírita nos indica una receta simple, pero infalible: la práctica del bien y la fe en Dios. Actuando siempre así, conseguiremos neutralizar la influencia negativa, inmunizarnos contra la maldad que, en otros casos, podría alcanzarnos.

 

Bibliografia:

 

O Livro dos Espíritos, de Allan Kardec, itens 107, 459, 461, 462, 464 e 469.


Páginas de Espiritismo Cristão
, de Rodolfo Calligaris. Somos o que pensamos, cap. 53.

Glossário Espírita Cristão
, de Divaldo Pereira Franco. Perturbadores, pág. 106.

Nos Domínios da Mediunidade
, de André Luiz. Dominação telepática, pág. 186.

Cartas e crônicas
, de Irmão X. Obsessão pacífica, pp. 38 a 42.

Idéias e ilustrações,
de Espíritos diversos. O poder das trevas, pp. 111 a 113.

Almas em desfile,
de Hilário Silva. Proteção espiritual, p. 33.

 

 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita