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Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita  Português
Programa I: Introducción al Estudio de la Doctrina Espírita
Año 1 - N° 11 - 27 de Junio del 2007 
THIAGO BERNARDES
thiago_imortal@yahoo.com.br

Curitiba, Paraná (Brasil)  
Traducción
Isabel Porras Gonzáles - isy@divulgacion.org
 

 

Pruebas de la existencia
de Dios

 


Presentamos en esta edición el tema
nº 11 del Estudio Sistematizado de la Doctrina Espirita, que está siendo presentado aquí semanalmente, de acuerdo con el programa elaborado por la Federación Espirita Brasileña, estructurado en seis módulos  y 147 temas.

Si el lector utiliza este programa para el estudio en grupo, sugerimos que las cuestiones propuestas sean debatidas libremente antes de la lectura del texto que a ellas sigue.

Si es destinado solamente para uso por parte del lector, pedimos que el interesado intente inicialmente responder las cuestiones y solo después lea el texto referido. Las respuestas correspondientes a las cuestiones presentadas se encuentran al final del texto abajo.

Cuestiones para debate 

1. ¿Podemos afirmar que Dios es un ser vivo, sensible, consciente?


2. ¿Cómo los Espíritus, en respuesta a Kardec, definieron a Dios?


3. ¿Cuáles son las pruebas referidas por los Espíritus acerca de la existencia de Dios?


4. ¿El sentimiento intuitivo que tenemos de Dios es producto de la educación y de las ideas adquiridas?


5. ¿La formación primera del Universo no sería fruto de un acaso inteligente? ¿Por qué?

Texto para la lectura 

La idea de Dios


1. “En el pasado, Dios fue hombre: hoy, Dios es Dios”, asevera León Denis. El Ser Supremo, creado a imagen del hombre, hoy ve apagarse poco a poco esa imagen, sustituida por una realidad sin forma. La forma, la definición, el tiempo, la duración, la medida, el grado de potencia o actividad no se aplican más a Dios. El propio nombre de Dios oculta una idea incompleta. En el pasado, Júpiter empuñaba el rayo, Apolo conducía el Sol y Neptuno señoreaba los mares. En el Tibet, aun hoy, adoran a Maitreya, que refrena las olas del mar, bendice el ejército, maldice al rival y dirige las lluvias.


2. La historia de la idea de Dios nos muestra que ella siempre fue relativa al grado intelectual de los pueblos y de sus legisladores, correspondiendo a los movimientos civilizadores, a la poesía de los climas, a las razas, a la florescencia de diferentes pueblos, en fin a los progresos espirituales de la Humanidad. Con el pasar del tiempo, asistimos sucesivamente a los desfallecimientos y tergiversaciones de esa idea imperecible que, a veces fulgurante y otras veces eclipsada, puede todavía, ser identificada siempre en los hechos de la Humanidad.


3. Nuestro Dios es un Dios aun desconocido, cual era para los Vedas y para los sabios del Areópago de Atenas. No obstante, en el estado evolutivo en que nos encontramos podemos sentir que Dios no es una abstracción metafísica, un ideal que no existe.
No; Dios es un ser vivo, sensible, consciente. Dios es una realidad activa. Dios es nuestro Padre, nuestro guía, nuestro conductor, nuestro mejor amigo.


4. Kardec preguntó a los Espíritus: “¿Qué es Dios?” y no ¿quién es Dios? Los Espíritus respondieron: “Dios es la Inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas” (L.E., ítem 1)


5. Decir que Dios es infinito es un error, consecuencia de la pobreza de nuestro lenguaje, que es insuficiente para definir las cosas que están por encima de nuestra inteligencia.


6. Dios – enseña Kardec – es infinito en sus perfecciones, pero lo infinito es una abstracción. Decir que Dios es infinito es tomar el atributo por la propia cosa, y definir una cosa que no es conocida por otra que tampoco no es.


La existencia de Dios y sus pruebas


7. En “El Libro de los Espíritus” los inmortales nos dicen que podemos encontrar la prueba de la existencia de Dios en un axioma bastante conocido de los hombres, según el cual “no hay efecto sin causa”. Basta que busquemos la causa de todo lo que no constituye obra del hombre y nuestra razón responderá.


8. Todos los hombres cargaran en sí el sentimiento intuitivo de Dios, una prueba de que la creencia en un Ser superior no es producto de la educación o de ideas adquiridas, ya que hasta los salvajes lo poseen. Ahora, si fuese la idea de Dios producto de la educación, no sería universal, sino restringida a ciertos lugares.


La causa primera de la formación de las cosas


9. Atribuir la formación primera de las cosas a las propiedades íntimas de la materia – afirman los Espíritus – equivalente a tomar el efecto por la causa, porque esas propiedades son ellas mismas un efecto que debe tener una causa.


10. La armonía que regula las actividades del Universo revela combinaciones y fines determinados y, por eso mismo, nos muestra la acción de una fuerza inteligente. Atribuir esa formación primera al acaso sería, de igual modo, un contrasentido, porque el acaso es ciego y no puede producir cosas inteligentes. Un acaso inteligente no sería más el acaso


11. Por la obra se reconoce al artífice. Ningún ser humano puede crear lo que la Naturaleza produce por sí misma. La causa primera es, por tanto, una inteligencia superior a la Humanidad. Cuanto mayor es el prodigio realizado por la inteligencia humana, esa inteligencia tiene, ella misma, una causa, y cuanto más grande es lo que ella realiza, más la causa primera debe ser grande.


12. Esa inteligencia superior es la causa primera de todas las cosas, cualquiera que sea el nombre bajo el cual el hombre la designe – Dios, Allah, Jehová. El nombre es, para el caso, lo que menos importa.

Respuestas a las cuestiones propuestas 

1. ¿Podemos afirmar que Dios es un ser vivo, sensible, consciente?


R.: Si. Dios es um ser vivo, sensible, consciente. Dios es una realidad activa. Dios es nuestro Padre, nuestro guía, nuestro conductor, nuestro mejor amigo.


2. ¿Como los Espíritus, en respuesta a Kardec, definieron a Dios?


R.: “Dios es la Inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas.”


3. ¿Cuáles son las pruebas referidas por los Espíritus acerca de la existencia de Dios?


R.: Los inmortales nos dicen que podemos encontrar la prueba de la existencia de Dios en un axioma bastante conocido de los hombres, según el cual “no hay efecto sin causa”. Basta que procuremos la causa de todo lo que no constituye obra del hombre y nuestra razón responderá.


4. ¿El sentido intuitivo que tenemos de Dios es producto de la educación y de las ideas adquiridas?


R.: No, ya que hasta los salvajes lo poseen. Ahora, si fuese la idea de Dios producto de la educación, no sería universal, sino restringida a ciertos lugares.


5. ¿La formación primera del Universo no sería fruto de un acaso inteligente? ¿Por qué?


R.: Atribuir la formación primera de las cosas a las propiedades íntimas de la materia – afirman los Espíritus – equivale a tomar el efecto por la causa, porque esas propiedades son ellas mismas un efecto por la causa, porque esas propiedades son ellas mismas un efecto que debe tener también una causa. La armonía que regula las actividades del Universo revela combinaciones y fines determinados y, por eso mismo, nos muestra la acción de una fuerza inteligente. Atribuir esa formación primera al acaso sería, de igual modo, un contrasentido, porque el acaso es ciego y no puede producir cosas inteligentes. Un acaso no sería más acaso.

 


Bibliografia
:

 

"O Livro dos Espíritos", de Allan Kardec, itens 1 a 13.

 

 


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Revista Semanal de Divulgación Espirita